lunes, 24 de octubre de 2016
No sabía dónde escribir y escribí aquí
Ese momento en el que te das cuenta de:
Cuando se tienen 17- 18 años las relaciones de pareja son más sencillas y guays. Todo es nuevo, acabas de conocer a alguien maravilloso por primera vez, no conoces lo malo. Hacéis cosas por primera vez juntos que con otra persona nunca has hecho,porque no has tenido pareja antes. Se empieza a experimentar en el sexo. Todo es maravilloso y fascinante. Te piensas que esa persona será para toda la vida porque sois super compatibles.
Pero no. Ruptura y drama. Te rompen el corazón hasta topar con la próxima piedra. Como aún eres muy joven, vuelves a cometer los mismos errores y a sufrir de una forma parecida. Conforme pasan los años entonces ya sí vas definiendo al menos lo que NO quieres en una pareja. Se van buscando otras metas, algo más serio, entregado, compartir piso, convivir con esa persona y buscar esas "primeras veces" en otro tipo de actividades más adultas...
Como viajar, subir en columpios, ir de parque de atracciones, jugar en la arena, ver series,cine, jugar a videojuegos...Sí, muy adultas xD Pero vuelve a salir mal. Algo falla. Ya no sabes si es él o eres tú. Quizá seas tú o sea que siempre escoges al mismo tipo de hombre. Pero al menos has aprendido muchísimas cosas y tu cabeza tiene un perfil exacto de lo que te gustaría encontrar, encontrar...porque buscar ya no buscas. Tienes ese sentimiento de cansancio y falta de energías que no te hace cerrar puertas, pero mejor no abrirlas tú.
Y de repente, te das cuenta que conforme pasan los años más difícil es encontrar a alguien para ti. ¿Por qué? porque la mayoría de gente ya tiene puesto ese escudo por sus relaciones anteriores. Por lo que no se abren ni arriesgan contigo. Las "primeras veces" ya son más difíciles que se produzcan a no ser que sea una persona muy abierta de mente dispuesta a probar aventuras y arriesgar mucho. Tienes que hacer un esfuerzo enorme para demostrar tus cualidades, y demostrar porqué eres única para él y no eres como sus exs o sus amigas. Tienes que sobrellevar tu vida personal, profesional y la relación junto con su vida personal, profesional y su visión de la relación. Traumas del pasado. Miedos del futuro. Dinero. Y toda clase de problemas que tienen ya los adultos. Al igual que tú ya no aguantas X cosas el otro tampoco.
En definitiva. Te ves con, alrededor de los 30 años, siendo la misma niña que con 17. Pensando en ocasiones que existen los príncipes azules o alguien que de verdad vendrá a cuidarte.Pero aunque lo desees, ya tienes los pies en la tierra y sabes que para ti no existen. No hablamos de pesimismo ni negatividad, hablamos de realidad. Alguien fiel y decidido, que no sea cobarde,que sea maduro, etc...Así que solo por probabilidad....¿Cuántas posibilidades hay de dar con esa persona? Pues conforme pasan los años, menos.
-La loca de los perros-
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El tiempo pasa y nuestro corazón se curte. Ya no hay lugar para cuentos de hadas en la realidad que nos ha devorado. Aunque de vez en cuando, al mirar más allá de la ventana, suspiremos pensando en esa persona perfecta que nos está esperando en algún lugar... "Que no existe", se entromete nuestra maldita lógica. ¿Pues sabes que te digo, fría y dura lógica? Que en realidad no tienes ni idea, que la realidad no es una y única, sino que nosotros mismos forjamos nuestra propia realidad. Y cuanto más tiempo pasa, más cerca nos encontramos de esa persona que sabemos, sí, sabemos que está ahí. No sé donde, ni cuando nos encontraremos. Pero sí sé que cada herida en el corazón, cada decepción, cada lágrima derramada no ha hecho más que ayudarnos a madurar y a enseñarnos a ser esa persona que ya no pierde el tiempo buscando desesperadamente príncipes azules o princesas en apuros en cuentos viejos y gastado, sino la persona que camina por la vida con paso firme y vive su vida con paciencia, sabiendo que tarde o temprano 2 almas que recorren el mismo camino habrán de encontrarse. Los años pasan, pero eso no nos resta posibilidades. Todo lo contrario, nos aportan la experiencia necesaria para saber hallar lo que verdaderamente buscamos, y una vez encontrado saber apreciarlo en toda su inmensidad.
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